Entre la turba y los sedimentos dejados por el río se han encontrado una serie de restos (resultado de las excavaciones realizadas por el Mecklenburg-Vorpommern Department of Historic Preservation y la Universidad Greifswald) que nos hablan de una batalla de una magnitud que no tiene precedentes en esas fechas, hacia el año 1250 a.C. En un área de 12m2 se han hallado 1478 huesos, entre ellos 20 cráneos. Caballos, armamento de distinta calidad y diversos elementos decorativos completan el cuadro de un combate que representa el primer indicio de una violencia a gran escala durante la Edad del Bronce que ni siquiera podemos rastrear en sociedades coetáneas teóricamente más avanzadas como la egipcia o griega.
Los restos del combate quedaron perfectamente conservados por las condiciones de humedad y composición química del suelo resultantes de la caída de los cadáveres de los derrotados en el lecho del río. El análisis de estos restos ha permitido a los arqueólogos forenses reconstruir las armas utilizadas en el enfrentamiento, partiendo de las heridas que estas infligieron, y ha permitido realizar una tipología de garrotes, hachas, espadas, lanzas y flechas fabricadas en madera, sílex y bronce en el caso de las más sofisticadas. La panoplia de los combatientes nos habla de la existencia de una clase guerrera que combatía a caballo con un armamento de gran calidad y que probablemente disponía de entrenamiento bélico, al mando de un contingente mayor de guerreros equipados con armas improvisadas como garrotes de madera.
Antes de ser arrojados al río, muchos de los cuerpos fueron saqueados por los vencedores, pero por suerte los que cayeron durante el combate en las zonas más profundas del riachuelo conservaron una serie de elementos decorativos de gran valor para los investigadores. Anillos, brazaletes y otros elementos de prestigio fabricados en oro, bronce y estaño nos hablan de las diferencias en el estatus entre unos combatientes y otros.
Otro aspecto interesante de la batalla es el enorme número de personas que debieron tomar parte en ella. Los investigadores especulan en torno a unos 4000 participantes, la mayoría de ellos hombres, lo que supone hablar de un nuevo nivel en la organización de las sociedades del momento. Las dificultades para levantar este ejército debieron ser mayores aún, si tenemos en cuenta que la mayoría procedían de zonas muy lejanas al valle de Tollenberg, que pudieron ser Escandinavia, el sur de Europa o la actual Polonia.
El hallazgo del Valle de Tollense, que se encuentra paralizado por la falta de fondos, ha tenido un profundo impacto en el estudio de las sociedades del Bronce, que podría conducir a una reevaluación de todo el período en el área entre el Báltico y el Mediterráneo. En el futuro podremos conocer a través del material recuperado rasgos como el color de los ojos, el pelo, y finalmente la procedencia concreta de los individuos envueltos en la contienda. Se trata, en definitiva, de un descubrimiento clave por la escala y brutalidad de la batalla, que contribuyen a reconstruir las sociedades del momento, que alcanzaban un punto de no retorno en la organización social y guerrera europeas del momento.
Texto original: Science
Me llama la atención un hecho. Es más o menos contemporáneo a la invasión de los pueblos del mar cuyo origen… No está del todo claro. Simplemente lo apunto. Desconocemos tantas cosas…
Desde tiempos inmemoriales….. El hombre… Lobo del hombre….!!!!
Que fatídico…!!! Igual hoy que siempre…. Qué persigue esta humanidad…???
Y Y dicen que los eslavos han llegado a Europa en sigo Viendo D. C. Pues como es posible que hay restos de polacos ahi?!?
No eran polacos, en ese tiempo no existía Polonia y menos eslavos. No tenían conciencia de etnia. Además tanto celtas, como germánicos, baltos y eslavos tienen mucho en común. Al igual que los pueblos de la cuenca del mediterráneo.